500 gramos de
nata líquida de entre 15 y 20% M.G.
1 c/s de zumo de limón (aprox).
Prepara un baño maría para
calentar la nata, pon el cazo con el agua al fuego y cuando esté caliente
coloca el recipiente con la nata. Necesitarás un termómetro para controlar la
temperatura.
Mientras la nata se va calentando, ve moviendo de vez
en cuando para que se caliente de forma homogénea y no se forme una capa sólida
en la superficie. Cuando la nata llegue a los 85º C, añade el zumo de limón y
mezcla bien con una espátula.
Retira el recipiente del fuego y deja enfriar a
temperatura ambiente, empezará a tomar cuerpo. Coloca el preparado en un colador cubierto con una estopilla o gasas, y
este sobre un cuenco que pueda recoger el agua que suelte el queso. Tapa con
film transparente y ponlo en el frigorífico.
Refrigera durante 10-12 horas, verás que ya tiene la
densidad característica del mascar pone, aunque hay quesos que son más o menos
densos según el fabricante. Puedes dejar escurrir más o retirar cuando tenga la
textura cremosa que desees.
Ya tienes el queso mascar pone casero para elaborar la receta que
desees, esperamos que lo pongas en práctica.
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